Nos referimos a Florián R.S del diario Expansión y a Jesús de Juan gerente del concesionario madrileño de Harley-Davidson Capital
Para la ocasion os reproducimos el articulo que Florian ha publicado en su diario con la entrevista a Jesús de Juan en referencia a sus impresiones respecto a la "Moto eléctrica de LA MOCO"
No hemos tenido ocasión de probarla aún, pero los comentarios recogidos en la Red sobre la Livewire son todos buenos, unos mejores y otros, como siempre, con matices. Y es que la polémica siempre está servida cuando Harley-Davidson mueve ficha y se sale de los cánones que los puristas de la marca le tienen asignados. Le pasó siempre: cuando introdujo el motor EVO, cuando abandonó la carburación, cuando lanzó la V-Rod, cuando ha implementado el motor refrigerado por agua... Imagínese con la moto eléctrica.
Siendo objetivos, la evolución ha sido siempre una máxima de la Motor Company, eso sí, unas veces con éxito y otras con ninguno. Y no le duele en prenda abandonar la producción de un modelo si no triunfa o añadir mejoras en una gama si sus clientes se lo piden, como ha pasado con el reciente Proyecto Rushmore. Se le podrá acusar de muchas cosas, pero no de quedarse con los brazos cruzados.
De vuelta a la Livewire, el proyecto se encuentra en fase de roadshow por ahora. Harley-Davidson quiere ver la reacción de profesionales del sector y del público que se asoma a las distintas convenciones, reuniones y salones antes de tomar la decisión de ponerla en venta. Muchos son los interrogantes, los mismos que en todos los vehículos eléctricos: la autonomía de la batería (por ahora alrededor de 85 km) y la recarga de la misma.
Algunos detalles sobre ella van saliendo a la luz como que el motor es un trifásico de inducción montado sobre un bastidor perimetral, donde se alojan las baterías de ión-litio y que su aceleración de 0 a 100 Km/h es de menos de cuatro segundos aunque es capaz de circular incluso por debajo de lo que haría una persona paseando.
En Expansión no podíamos esperar más y hemos hablado con Jesús de Juan, gerente y propietario del concesionario HD Capital de Madrid, gran profesional y conocedor de la marca, que ha sido elegido por Harley-Davidson para probarla hace unos días en Nashville, junto al otro concesionario de Madrid, Makinostra, y los concesionarios de Sevilla, Bilbao y Barcelona.
En primer lugar gracias por atendernos, ¿cómo ha sido la experiencia?
Muy buena la verdad y mucho más gratificante de lo que me esperaba pues, aunque me siempre confío en el buen hacer de los ingenieros de Milwaukee, era inevitable una cierta dosis de escepticismo. No deja de ser una moto eléctrica.
Bonita es, pero al montarse...
Nada más montarme en ella, sentí que tenía mucho aplomo. Sin ser pesada, noté unos kilos bien repartidos y que bajo mi asiento estaba la calidad y robustez que siempre tienen las harleys. Al arrancarla, la sensación es rara pero al mismo tiempo agradable. No vibra como es lógico, la postura es natural, ni adelantada y retrasada, muy del estilo de las naked. Aunque a algunos les resulte difícil de creer, la Livewire sí transmite... ¡Y mucho!
¿Qué tal la respuesta al puño?
Diferente, muy buena. La respuesta es directa claro y acelera genial. De los dos modos, el más deportivo, es una gozada. Llegamos a ponerla alrededor de las 70 millas por hora y todavía le quedaba un 30% de recorrido.
¿Y el sonido? Este es uno de los temas más peliagudos... Una harley tiene que sonar ¿no?
Sí y no. La Livewire es un concepto nuevo, diferente, no se puede comparar con un motor de combustión y mucho menos con un V-Twin, pero suena muy bien, a futuro. Es como una turbina muy potente, un sonido muy intenso. Con el casco puesto puedes percibirlo sin problema. Me gustó.
Veo que más que gustarte te ha encantado.
Diría que sí. Sé que a los puristas de la marca les chocará como siempre, pero esta moto no viene a sustituir ningún modelo de la marca, tendrá su sitio. Si me permites la ocasión que me brindas, les pondría el siguiente símil: Se puede disfrutar tanto de una buen chuletón de buey, véase una harley de combustión, como de un rodaballo al horno. Los buenos paladares disfrutan, o deben disfrutar, por igual.
Poco más se puede decir...
Añadiría que me imagino un hipotético futuro con restricciones en las grandes ciudades a las motos de combustión, con una gasolina que cada vez será más cara y ya no tendré que buscar una moto eléctrica japonesa o alemana, tendré mi Livewire, una auténtica Harley-Davidson.
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