Si el tamaño e imagen del anterior Zephyr era impresionante, el público de la época se quedó boquiabierto cuanto vio el nuevo modelo de Continental. Con su gran capó, gran distancia entre ejes, contudente frontal y una bella zaga adornada por la rueda de repuesto (kit continental). Sólo podía estar destinado a los ricos y famosos. El motor de 12 cilindros no dejaba ninguna duda sobre su noble condición. Este vehículo inauguró uno de los primeros estudios de diseño en Detroit. Ford quería hacer algo espectacular a pesar de las restricciones económicas consecuencia de la guerra. Su precio en el mercado era mucho más caro que el de sus competidores del sector y de hay su escasez que le hacen muy atractivo hoy en día como coche de colección y clara inversión.
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