La vida, no es de color rosa, quizás es la primera lección que se aprende cuando eres niño pero tienes la suficiente edad para empezar a razonar las cosas. Las noticias, en los medios de comunicación, son siempre malas; la imagen que solemos percibir del mundo, de las gentes que lo habitan, es mala. No te fíes de nadie... mira que pinta tiene aquel... seguro que este otro tiene malas intenciones... a saber lo que aquel estará pensando...
Un buen día, te levantas con la idea de arrancar unas sonrisas a unos niños que, precisamente porque la vida no es de color rosa, su salud no es tan buena como la tuya. Un pequeño duendecillo te habla al oído diciéndote que nadie da nada por nada, que mires el telediario o el periódico, que nadie te va a seguir ni ayudarte sin tener beneficios económicos.
Contra viento y marea, decides poner esa empresa en marcha, te lías la manta a la cabeza y empiezas a divulgarlo por las redes sociales pensando que, entre tanta gente, algún loco como tú, está dispuesto a colaborar en ese proyecto.
Es difícil defender la postura de que “nadie da nada por nada”, cuando después de varias horas empiezas a recibir apoyos de tanta gente que te dice: “Cuenta conmigo”, tanta gente que está dispuesta a sacrificar buena parte de su tiempo y trabajo sin pedir nada a cambio.
Más difícil aún, cuando te encuentras con tanta gente, que toma por norma de su vida ayudar a los demás. Son personas que no salen en las noticias, quizás porque no hagan nada malo, y si no es malo, no es noticia.
Varios cientos de moteros van a acudir el día 31 de Enero a este evento. Esta vez, no vamos a un concierto de rock, esta vez, nos vamos a convertir en la sorpresa, en lugar de ser los protagonistas, porque los protagonistas ese día, serán esos niños a los que les vamos a sacar las sonrisas, y no serán sonrisas estáticas, serán sonrisas sobre ruedas.
Fdo: Juan Hernández
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