FAMILIAS IRRECONCILIABLES.

"Por distracción, todos los motoristas terminan pareciéndonos iguales. Y no lo son. Yo que he andado entre ellos puedo dar fe. Es difícil que alguien que no sea aficionado al motor pueda hacerse una idea de hasta qué punto el mundo de la moto está lleno de familias irreconciliables. La máquina que elijas y el uso que quieras darle marcará desde tu grupo de amigos, hasta tu manera de vestir.

LOS CARRERISTAS
Los amantes de la velocidad, o los racing. Lo primero que se consiguen, tras adquirir su moto, es un mono de piel o material sintético a imitación de los pilotos profesionales, unos guantes con protecciones kevlar, unas botas especializadas y un casco integral. Señalados ya por su curiosa vestimenta, los racing sufren con paciente entereza su particular posición de conducción. va encogido en una posición flexionada bastante forzada y con el peso cargado en los antebrazos. El acompañante se verá obligado a viajar todavía en una posición más incómoda. A pesar de ello, el carrerista vive feliz en su hábitat con sus costumbres ancestrales: la salida del domingo con su grupo de amigos hasta un merendero cercano se hará, a poder ser, a través de una carretera de acceso con mucha curva.

LOS CUSTOMS DEL BLUES

Hay otra familia que se niega a aceptar que esa manera estresante sea la única posible de andar en moto. Muchos de ellos empezaron de adolescentes, enamorándose de la música y la idea ácrata del viaje, la libertad, el blues y el rock. Ya más crecidos dieron en apercibirse de que el paseo en motocicleta encarnaba muchas de esas sensaciones de desahogo y libertad que les provocaba la música. No buscaron entonces las motos más rápidas y ágiles sino las más duraderas, con líneas clásicas y motores de grandes cilindros que resistieran muchos años. A sus usuarios les gusta dar largos paseos sin rumbo, fijándose despacio en los paisajes y en las cosas. la relación del piloto con la máquina ya no es la de un jinete con su montura, sino la de un amigo con su compañera de viajes. Por tanto se dedica a embellecerla a su gusto. Entre unas cosas y otras, acaban siendo unas máquinas muy pesadas. Así en esos casos, lo mejor es que desaparezca el mono de piel y las protecciones ( salvo el casco ), y que el cuero se limite a unos pantalones con forma de vaqueros y, en todo caso, un chaleco aireado. Los botines en punta son potestativos y sólo tienen un sentido estético, por lo que los racing los miran con desconfianza y los critican...


LOS RUTEROS

Otra familia es la de aquellos cuya afición a la moto no se mide por lo que corre o el placer que les da, sino por lo lejos que les lleva. Ese es el rutero, un tipo clásico y difuminado que, por su exterior, difícilmente podrías intuir su carácter motociclista. Es un amante de los mapas, de los cofres en la parte posterior y de las guías de carretera con restaurante. Cuando llega un fin de semana largo o un puente, el rutero se transforma. Va a descubrir un paisaje. Nadie puede detenerlo. Su anhelo secreto es llegar un día a Cabo Norte. No concibe no compartir esa maravilla de emociones paisajísticas, por tanto, los fabricantes han entendido que las máquinas ruteras deben ofrecer un cómodo asiento para piloto y pasajero. Lógicamente, se lleva bien con la seriedad y precisión germánicas, y durante mucho tiempo los modelos de la fábrica alemana BMW fueron sus mejores amigos. El rutero, generalmente, no suele criticar a las otras familias por la sencilla razón de que creo que ni las ve, tan absorto como está en su afición principal. Cuando lo ven pasar, el resto de las familias motoristas sacuden la cabeza, desalentados: no es serio... ¡ Pero si algunos llevan hasta radio en la moto ! ¿ Cómo se puede viajar en moto escuchando los 40 principales ?

LOS CAMPESTRES

Ahora bien, si debiera justipreciar dónde se hayan probablemente las mayores dosis de fe, amor y delirio por la maquinaria motociclista, debo confesar, mal que me pese, que el galardón creo que se lo merece la familia de los motociclistas off-road. Son un tipo de gente que ya ni siquiera piensan en cuán rápido, cuán cómodo o cuán lejos les puede llevar una motocicleta, sino que confían ciegamente en que la moto puede llevarles a cualquier sitio. Hasta a la copa de un árbol. A pesar de esa fe inquebrantable, son injustamente vejados entre las familias motociclistas con motes como los destripaterrones o los comehierbas, quizá debido a lo extravagante de su comportamiento y a su discutible aseo personal.

GENEALOGÍAS VARIABLES

Y hay todavía más parientes haciendo cola para ser admitidos en el olimpo de los clanes motociclistas. Se trata de los amantes de las vespas y los adolescentes con ciclomotor.

Sea como sea y crezca la familia o no, a partir de ahora cuando vean un motociclista mírenlo de otra manera. No creo que sufra, pero su vida no es fácil. Dense cuenta de que es un hombre atrapado por las costumbres, una pasión, una manía, una obsesión. Y, si les sobra un poco de tiempo para compadecerse, no les piten y cédanles el paso en los semáforos.

(Sabino Méndez es músico, ex miembro de Loquillo y los Trogloditas y escritor.)
Sabino siempre andaba con una Harley muy transformada pero le daba igual la maquina que fuese , le gustaban las motos un monton y con Josep Mª (Loquillo) se solia llevar bastante mal. Los conoci alla por los 80' porque Jorge Rebenaque (teclista de Los Rebeldes) curraba conmigo en una empresa de Mensajeria. Que buenos tiempos aquellos.



Publicado por Pepechacal del foro: Moto Guzzi.Editado en http://halcones.multiforos.es